Demanda millonaria perdida por Hospital Johns Hopkins pediátrico
Hace unos días se anunció la resolución de un juicio ocurrido en Estados Unidos, en contra del Hospital Johns Hopkins All Children´s en Florida.
El caso de manera general consiste en la atención y las consecuencias que hubo en el tratamiento de una menor en el 2016. La paciente ingreso llevada por su mamá (a los 10 años) con dolor intenso, la menor tenía un diagnóstico establecido de Síndrome de dolor regional complejo (CPRS por sus siglas en inglés), diagnóstico que había llevado a la paciente y su familia hasta a recibir tratamientos en México, los cuales no están avalados por la FDA para control del dolor.
El personal del hospital sospechó que la paciente sufría “síndrome de Munchausen”, que consiste, de manera general, en que los familiares mantienen a los pacientes enfermos para que necesiten de sus cuidados. Por lo que contactaron al departamento de servicios sociales quienes otorgaron la custodia temporal de la menor por 3 meses, durante ese tiempo hicieron estudios a la paciente, y no permitieron a la familia a ver a la menor, situación que llevó a la madre de la menor a cometer suicidio.
La cadena de errores incluyó que no se le dio tratamiento integral, incluyendo valoración por psicología, en el caso de la atención que requería la menor, también incluyo que fotografiaron a la menor en su ropa interior, sin tener a su familia o a algún representante de la corte presente; otro más es que a la menor le dijeron que su madre estaba enferma y que por eso no la visitaba.
Al final el juicio cerró con una indemnización para la menor (ahora de 17 años) y su familia de 261 millones de dólares, encontrando que el hospital fue negligente en su atención a la paciente, y que provocaron indirectamente la muerte de su madre. Así como que no trataron adecuadamente a la menor para su enfermedad, y no le brindaron apoyo emocional.
El caso no ha terminado con esta resolución ya que continuarán con otras demandas por acoso sexual por otro incidente ocurrido durante su estancia hospitalaria.
Este caso nos hace reflexionar sobre como en hospitales que todos quien se enfocan en calidad y seguridad del paciente consideran como ejemplos a seguir pueden suceder cosas de este tipo, y como debemos esforzarnos mucho para que esto no suceda en nuestros lugares de trabajo.
¿Escucharon sobre este caso? ¿Qué opinan? Los invitamos a participar con nosotros en los comentarios.
Cesárea en mujer que “no estaba embarazada”
En medios nacionales se ha estado dando seguimiento al caso de una mujer en la Ciudad de México, a quien, después de llevar el control de embarazo en una clínica particular con un supuesto embarazo gemelar, le dijeron que tenía 37 semanas y que programarían una cesárea.
El caso se hizo noticia cuando la paciente y su pareja denunciaron durante el post operatorio que les habían dicho que no estaba embarazada, que tenía tumores en el útero.
La denuncia inicial fue por el robo de los menores, ya que llevaron el control del embarazo durante toda la duración de este en la misma clínica, sin reportar indicios de que no hubiera embarazo.
Sin embargo, en otras notas se reporta que le realizaron pruebas a la paciente en un hospital público posterior al evento y no se encontraban indicios que hubiese existido embarazo, pero si le habían practicado una cirugía abdominal.
En seguimiento al caso, se detuvo al médico que realizó la cirugía, quien en su declaración afirmó que el había sido también engañado por la clínica, que no le habían pagado, y que el no había tenido contacto con la paciente antes de la cirugía.
Sin embargo, aún con ese argumento el médico fue vinculado a proceso y se le dictó prisión preventiva oficiosa.
Como los casos que habitualmente abordamos en este espacio, contamos con la información que obtenemos en portales de noticias, los cuales suelen ser con poca información concreta.
Pero por la revisión en diferentes portales, y sumando la información me parece que si hubiera responsabilidad tanto del hospital como del médico en este caso; ya que ambos deben velar por la seguridad de los pacientes, y hacer una cirugía de manera innecesaria expone al paciente a un riesgo grande. Y si se configura un delito de fraude (como indican algunos portales – argumentando que la clínica le cobró a la paciente por la atención de su embarazo, aún sabiendo que no lo estaba) se irían sumando cargos hacia ambos.
Como médico me parece un caso escandaloso por todas las posibilidades que llevarían a ese desenlace, desde engañar a una paciente, con estudios, ultrasonidos, etc.; hasta el realizar una cirugía innecesaria a una persona.
Ustedes ¿leyeron sobre el caso? ¿Qué opinan sobre él? Los invitamos a participar con nosotros en los comentarios.
Dispositivos Médicos
En medicina, y más si somos médicos clínicos nuestra principal preocupación son nuestros pacientes, sin embargo, en ocasiones es la única preocupación y dejamos de lado temas importantes, como temas regulatorios (avisos de funcionamiento, responsable sanitario, cumplir con normas oficiales mexicanas), preocuparnos por seguros de responsabilidad civil profesional, hasta temas de administración de nuestros propios consultorios; por no hablar ya de dispositivos médicos, que atribuimos esa responsabilidad a ingenieros biomédicos y nosotros ni lo pensamos.
La revista COFEPRIS mayo-junio 2023 se dedica a dispositivos médicos por lo que tomaré la oportunidad a hablar de ellos, la revista empieza con una editorial del comisionado de la COFEPRIS con una frase excelente: “para un médico cirujano la práctica en el quirófano no puede concebirse sin instrumentos” Y todo esto son dispositivos médicos, los cuales debemos asegurar que sean seguros y que estén regulados para proteger a nuestros pacientes y a nosotros en el ejercicio de nuestra práctica profesional.
Los dispositivos médicos son fundamentales en la práctica de la medicina como la conocemos hoy en día, desde cosas tan sencillas como un estetoscopio, pasando por equipos de diagnóstico por imagen, hasta ventiladores mecánicos, dispositivos como stents coronarios que ayudan a evitar que se cierren las arterias coronarias y provoque un infarto.
Todos estos instrumentos están probados y estudiados, y por supuesto aprobados por el organismo regulador en México que es COFEPRIS buscando garantizar que sean seguros.
Mi llamado a ustedes colegas médicos sería en este tema, seamos participes de la tecnovigilancia, como hemos llamado a participar en la farmacovigilancia, también participemos en verificar que los dispositivos que usemos sean aprobados por COFEPRIS, denunciemos dispositivos que no lo estén, y por supuesto no los usemos.
¿Ustedes, que tantos dispositivos médicos usan en su práctica habitual? Los invitamos a participar con nosotros en los comentarios.
Caso clínico apendicitis
Como parte de la práctica de revisar casos clínicos encontrados en medios, hoy vamos a comentar un caso que acusan de negligencia médica por un error de diagnóstico con un niño de 7 años, que atendieron con apendicitis y hubo retraso en el diagnóstico por fallas previas.
El caso reportan que la madre del menor lo lleva al centro de salud de su comunidad, en donde el médico le diagnostica “empacho” y lo manda a casa con tratamiento, regresa al centro de salud nuevamente por persistencia del dolor, en donde le indican que “tiene una infección” y lo egresan con tratamiento, nuevamente regresa a solicitar consulta por dolor intenso, en donde lo refieren a un hospital, en donde le diagnostican apendicitis complicada, le realizan apendicectomía pero lo tienen que trasladar a un hospital más equipado por complicaciones en la demora del diagnóstico. La nota termina reportando que el menor se encuentra en terapia intensiva, en condición estable.
Como siempre, el análisis y comentarios que se hacen de estos casos es con la información disponible, no tenemos acceso al caso o al expediente, por lo que con los datos que dan en la nota podemos hacer un análisis superficial.
De inicio existe por supuesto una demora en el diagnóstico, empezando por el diagnóstico de “empacho” que habría que ver si fue únicamente una manera de explicar al paciente y su familia, o ese diagnóstico se emite en expediente (ya que no existe esa enfermedad), después, un paciente con dolor abdominal que regresa por persistencia del cuadro nos debería obligar a pedir algún estudio para descartar urgencias quirúrgicas como lo era en este caso.
Al final atendieron al paciente en el hospital, y fue trasladado a otra unidad que pudiera tratar al menor de las complicaciones, pero el riesgo en el que se puso al paciente, por lo visto si existe responsabilidad civil profesional por parte de los profesionales que intervienen previo a la cirugía del menor.
¿Qué opinan? ¿Creen que existe algún tipo de responsabilidad del equipo de salud en este caso? Los invitamos a participar con nosotros en los comentarios.
Demanda por negligencia
Como saben, hemos incluido comentar casos que encontramos publicados con ustedes.
Esta vez quisiéramos poner a su consideración este caso que encontramos sobre una persona que vive con diabetes en Mérida, quien, a decir de la nota, acudió a un hospital público por presentar una infección en su pie derecho lo que le provocó hiperglucemia y fiebre. Acudió al hospital con una receta de un médico particular por antibiótico intravenoso.
En el servicio lo atendió un especialista en angiología, quien le indicó que ese antibiótico era el correcto, sin embargo, no lo tenían disponible en el hospital. Por lo que le realizó una “cirugía menor” en la camilla de urgencias, sin estudios previos y “con actitud de molestia” e indicó curación diaria la cual se le realizó durante los 5 días de su internamiento.
El cuadro clínico persistió con su pie “con datos de estar necrosado” y con la fiebre. Días después le practicaron “otro lavado” y lo egresaron con las únicas indicaciones de tomar paracetamol y hacer lavados.
Al no mejorar acudió a un hospital privado en donde le amputaron dos dedos del pie derecho. Por lo que interpuso una demanda por negligencia médica.
Como siempre que analizamos noticias, empezamos porque tenemos muy poca información para emitir juicios, y nos topamos también frecuentemente con lenguaje que nos hace pensar mal del profesional de la salud, como la frase “sin estudios previos y con actitud de molestia”. Pero analizando el caso encontramos que el primer problema se encontró con que el medicamento prescrito no estaba disponible, otro es que el cuadro persistía y no había ajustes al tratamiento, uno más es el egreso repentino (a decir de la narración de la nota) del hospital, y con indicaciones incompletas o muy vagas.
Estos casos a mi me sirven para encontrar de forma rápida varias fallas en los sistemas, desde la falta de insumos, hasta mala actitud de proveedores, y poca comunicación con los pacientes, lo que pone en riesgo la relación médico paciente.
¿Ustedes que piensan de este caso? ¿Consideran responsabilidad del médico, del hospital, de alguien más? Los invitamos a participar con nosotros en los comentarios.
Curvas de aprendizaje
Imagino que casi todos hemos escuchado este concepto de “curva de aprendizaje”, descrito de una manera sencilla, esto habla sobre el tiempo que nos toma el dominar un proceso o un procedimiento. Un ejemplo sencillo es el tiempo que le toma a un cirujano, el lograr hacer alguna intervención de manera eficiente y segura, sin mucha variabilidad en el proceso. Y esa curva por supuesto representa tiempo.
Hay estudios que hablan sobre esta curva de aprendizaje en algunos procedimientos, y tratan de estimar el tiempo que toma, sin embargo, al ser la población tan heterogénea creo que no tiene tanto caso buscar un número mágico que nos haga “expertos” en cierto tema o en cierto procedimiento.
En este espacio solemos hablar de seguridad del paciente, de calidad en la atención médica, de responsabilidad civil profesional. Y me preguntarán ¿Qué tiene que ver esto con “curvas de aprendizaje?
En salud, los profesionales que nos dedicamos a atender pacientes (personas) vivimos esa curva de aprendizaje con ellos, si tenemos suerte, esta curva la llevamos guiada por profesionales más experimentados que nos acompañan en lo que optimizamos nuestros procedimientos o nuestros procesos, pero en otros casos se hace de manera autónoma. Y esto puede repercutir en la atención a los pacientes, puede repercutir en la salud y en los resultados de los pacientes.
Algunas recomendaciones para tratar de hacer estas curvas de aprendizaje más cortas y seguras son:
- Trabajar en equipo: contar con disponibilidad de personal más capacitado que nosotros mismos para entrenar y aprender nos ayudará a que nuestros resultados sean mejores en un menor tiempo. Y con el equipo “cuidarnos entre todos”, esto incluye al paciente, debemos de cuidar lo que hacen nuestros colegas, los miembros de nuestro equipo, e involucrar al paciente.
- Estudiar: si queremos perfeccionar una tarea o un procedimiento, el contar con la ventaja de conocerlo a detalle en la teoría, nos ayudará que la práctica sea más sencilla.
- Planear: cuando realicemos algún procedimiento o alguna tarea debemos de estar preparado para todos los escenarios posibles, y tener soluciones propuestas para cada una de ellas.
El contar con un seguro de responsabilidad civil profesional, nos ayuda también a ofrecernos tranquilidad en esos momentos de curvas de aprendizaje, en que estamos trabajando en tareas que nos representan un reto, mientras hagamos las cosas como se deben hacer, los seguros de RC son grandes aliados para la tranquilidad de los profesionales de la salud, ya que nos respaldan en caso de reclamaciones derivadas de nuestra práctica médica.
Ustedes ¿Cuál ha sido la curva de aprendizaje que más les ha costado? ¿o la que más han disfrutado? Los invitamos a participar con nosotros en los comentarios.