Virus A (H7N9). ¿La pandemia inició?

La pandemia de influenza H1N1 en el 2009 nos dejó varias lecciones. Una de ellas fue que el virus pandémico puede surgir de un reservorio animal de forma inesperada y extenderse rápidamente a través del constante e intenso viajar de personas. Esto diseminó rápidamente la infección y las alertas globales se dieron al observar la severidad de la enfermedad en pacientes adultos. La otra lección aprendida fue la respuesta que dio el público en general y los responsables de los servicios de salud en particular al aplicar acciones de prevención y control que resultaron exitosas, sobre todo, la higiene de manos.

Sabemos que millones de virus de la influenza  aviar continuamente infectan a los seres humanos aunque generalmente no progresan hasta pandemia. Sabemos también que todos los virus desde la pandemia de 1918 descendieron de un virus fundador que generó cambios antigénicos periódicos y recombinaciones entre subtipos. El origen del virus que dio lugar a la pandemia de 1918 no lo conocemos, pero es probable que sea de tipo aviar.

El virus A (H7N9) tiene baja patogenicidad en las aves, por lo que pueden pasar por asintomáticas lo que lleva a una epizootia generalizada. Gao y colaboradores recientemente reportaron 111 casos de infección por virus A (H7N9) de origen aviar en China[i] a raíz de la aparición de un brote el 30 de marzo del 2013 con tres casos fatales.

De los 111 pacientes infectados por el virus A (H7N9), 76.6% requirieron atención en una unidad de terapia intensiva y 27% de ellos murieron. El 61.3% de los pacientes tenían alguna patología crónica o condición pre-existente. Los hallazgos clínicos se relacionaron a neumonía, síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (SIRA), choque séptico, encefalopatía y rabdomiolisis.

Para llegar al diagnóstico se utilizaron tres métodos; 1) PCR en tiempo real (RT-PCR), 2) aislamiento viral y 3) ensayo de inhibición de hemaglutinación modificado. A 97.3% de ellos se les administró oseltamivir o permivir, 58.6% con más de 5 días de retraso. Requirieron asistencia mecánica ventilatoria la gran mayoría (86.5%).

En China, Estados Unidos de Norteamérica y otros países se están desarrollando pruebas rápidas para la detección del virus H7N9 y con ello facilitar la vigilancia epidemiológica si esto pasa de una zoonosis a una pandemia. Sin embargo, el diagnóstico se basará fundamentalmente en el cuadro clínico y en las pruebas confirmatorias, tal y como sucedió con la pandemia del 2009. La disponibilidad de vacunas todavía llevará algunos meses.

Así, es fundamental mantener canales abiertos de comunicación de y hacia la sociedad y las comunidades en riesgo para fortalecer las actividades de prevención y control. La publicación de la experiencia en China con 111 casos previos y 3 muy recientes son un recordatorio que las infecciones emergentes han sido, son y seguirán siendo una realidad no resuelta.

En breve se dará información global si la influenza por el virus A (H7N9) es solo una zoonosis difundida o si la pandemia ha iniciado nuevamente.  Estemos preparados, por lo pronto recordando las experiencias aprendidas a partir de la pandemia de influenza H1N1 del 2009 en México.
Dr. Fernando Pérez Galaz
Cirujano Gastrointestinal y Bariátrico.
Administrador de Riesgos Clínicos de Grupo Mexicano de Seguros.

 

 

[i] Hai-Nv Gao, M.D., Hong-Zhou Lu, M.D., Clinical Findings in 111 Cases of

Influenza A (H7N9) Virus Infection. Revisado en línea el 7 de junio 2013 en:www.nejm.org/doi/pdf